domingo, 26 de octubre de 2008

El muro del atlántico

Después de haber suspendido este blog su actividad durante cierto tiempo, es hora de volver a iniciar esta actividad que tan apasionante nos es: tratar la Segunda Guerra Mundial. El tema que se trata a continuación deja huella de que esta realidad que se llama SGMBLOG sigue existiendo. Dicho tema no es otro que el muro del atlántico.

Acabada la guerra contra Francia, se procedió a firmar el armisticio. Del Gobierno de Vichy, cuya capital estaba establecida en esta misma ciudad, otorgando así el nombre del gobierno de la Francia Libre, se exigió una serie de requisitos, de los cuales nos interesan, a este respecto, los territoriales, y más concretamente, aquellos que se refieren a la costa atlántica francesa. Nos interesan estos, puesto que es precisamente en la costa atlántica donde se edificará la famosa Muralla del Atlántico.

Según avanzaba la guerra, y se disponía todo en favor de los aliados. la necesidad de proteger la costa atlántica de Francia era cada vez mayor. No obstante, bastante avanzada la guerra, algunos se dieron cuenta de que el Muro del Atlántico era más una utopía de Hitler que una ferréa defensa costera contra invasiones que, muy bien podían producierse puesto que la iniciativa era toda de los aliados en este tiempo. Entre estos que se dieron cuanta estaba, como no, el mariscal Rommel, quien comprobó que no era un muro uniforme, sino que solo algunas zonas estaban fortificadas contra una posible invasión y que, gran parte del territorio costero estaba en un bajo grado de fortificación. En algunas zonas, incluso, los trabajos no habían empezado. Si bien esta era la situación, bajo la dirección de Rommel el grado de fortificación de la costa atlántica aumento sobremanera. Es coherente añadir, a estos efectos, el hecho de que Rommel era de la opinión de que el eenemigo debía ser rechazado en el mar. Igualmente es necesario añadir que las zonas que quedaron más fortificadas son aquellas en las que se esperaba desembarcasen los aliados, esto es, el Paso de Calais.

En el año 1944, cuando la guerra estaba ya decidida en favor de los Aliados, el Alto Mando Aliado decide llevar a cabo un desembarco en la costa occidental de Francia. Con anterioridad se había realizado el exitoso desembarco en Italia. El contingente aliado destinado a desembarcar, que contenía una ingente cantidad de soldados y vehiculos, estaba apoyado por gran cantidad de navíos de todas clases. A esta formidable flota no podían oponersele unos cuantos buques de pequeño calado, entre los que habían algunos medianos, que representaban todas las fuerzas de la Kriegsmarine en el lugar. Por otra parte la superioridad aérea la tenían los aliados, que no escatimaron en aviones de ningún tipo, ya sean cazas, bombarderos medios o bombarderos pesados. A esto, la Luftwaffe no podía oponer más que una ridícula escuadra.

El desembarco se realizó finalmente en Normandia, cogiendo así desprevenidos a los alemanes, quienes lo esperaban en el paso de Calais como se ha dicho con anterioridad. Los acorazados y los bombarderos aliados sometieron a esa zona del muro del atlántico a un fuego que barrió muchas de las estructuras que formaban el muro, tales como las casamatas, los blocaos, los bunkers o los asentamientos de artillería. Todo ello precedía al desembarco de los soldados, que se produjo también entre un fuego de cobertura de los aliados.

Finalmente y, aunque la resistencia alemana fue encarnizada, los aliados conquistaron la zona de desembarco, procediendo después a tomar toda la zona del muro del atlántico, que llegaba desde la frontera con España hasta Bélgica. Así pues ya unicamente cabe añadir que el Muro del Atlántico constituyó una posición defensiva, sin embargo, nunca llegó a ser, ni mucho menos, una muralla inexpugnable como la que creía que tenía Hitler.