sábado, 29 de noviembre de 2008

Líneas defensivas: Maginot y Sigfrido

Las líneas defensivas abundaron en la guerra, así podríamos hablar, por ejemplo de la línea Mareth o de la línea Gustav. Sin embargo, debemos dejar de un lado estas líneas para pasar a hablar de dos líneas de defensa de gran importancia en el desarrollo de la guerra, sin perjuicio de que tuviesen una mayor o menor efctividad a la hora de cumplir su cometido, que es el de frenar a un ejército invasor y que, ninguna de las dos consiguió, aunque fuese por motivos muy distintos, como veremos. Dichas líneas no son otras que la Línea Maginot y la Línea Sigfrido,.

Estas dos líneas, ubicadas en Francia y Alemania respectivamente, otorgaban a sus respectivos países un gran nivel de seguridad frente al enemigo, que estaba no muy lejos de esas líneas, puesto que estas estaban más o menos cercanas a la frontera. Así, cada país estaba seguro tras su línea defensiva, antes de que diesen comienzo las hostilidades. Ya durante la guerra, en la ofensiva contra Francia, los franceses se parapetaron detrás de esa barrera de fortificaciones, construcciones subterráneas y demás, que tan considerada como inexpunable era. De este modo, tanto un francés común, como un oficial del ejército estaban convencidos de su plena seguridad detrás de la línea. Sin embargo, la Wehrmacht no tardó en rebasar dicha línea defensiva después del período de "guerra en broma" que se había vivido. De este modo, la línea Maginot, el gran sistema defensivo, se desmoronó, dada la superiordad material y táctica del ejército alemán.

Más avanzada la guerra, mucho tiempo después de que Alemania perdiese la iniciativa, los Aliados, tras recuperar toda Francia, entraron en suelo alemán y, en su ofensiva, llegaron hasta la línea Sigfrido. Se trataba del año 1944 y, por el Sur, el ejército Rojo avanzaba de forma rápida en el camino que le llevaría finalmente a Berlín. Los combates entre norteamericanos y alemanes en el Muro del Oeste (Línea Sigfrido) fueron duros, pero las fortificaciones iban cediendo. Es cierto que algunos bunkeres resistieron bastante tiempo, cuando gran parte del ejército aliado había pasado ya de largo, pero se trata de excepciones.

Así, las dos líneas acabaron por caer, y no cumplieron su principal cometido, sin embargo, debemos destacar una gran diferencia entre las dos líneas especialmente significativa. Se trata de que, antes del comienzo de la guerra, Francia y Alemania se sentían muy seguras tras sus amplios sistemas defensivos, como se ha dicho anteriormente, pero solo los franceses estaban realmente seguros, aunque luego se acabo demostrando que no, puesto que mientrás la linea Maginot era tal y como se le había trasmitído al pueblo, la Línea Sigfrido era, más una propaganda de la inexpugnabilidad del Oeste de Alemania que otra cosa, sin perjuicio de que en la guerra estuviese mejor o peor constituida. Lo que si es seguro es que si la Línea Sigfrido hubiese estado tal y como decía la propaganda alemana que estaba, antes de la guerra, una vez en ella, la línea podría haber sido de mayor utilidad, puesto que la situación de los aliados no era ni mucho menos la misma que la del ejército alemán frente a la línea Maginot.

sábado, 22 de noviembre de 2008

Operación Mercurio

La invasión de Creta, cuyo nombre en clave era Operación Mercurio, es conocida, ante todo, por el método de invasión utilizado. Si bien es cierto que parte del mando de la Wehrmacht no era partidario de utilizar esa forma, también es cierto que, finalmente, la operación constituyó un éxito. Y es que, se rehusó cualquier plan de desembarco y se prefirió, como vemos, la invasión por aire. De este modo, miles de paracaídistas fueron arrojados sobre el cielo de Creta.

No constituye nuestro objetivo hablar únicamente de la invasión de Creta, sino también de la importancia de las operaciones aerotransportadas y de su nula trascendencia posterior, siendo esto último más importante que lo anterior.

Así pues, la operación mercurio suponía el lanzamiento de gran cantidad de paracaídistas, concentrandolos, sobretodo, en los cuatro aeródromos de la isla, los cuales eran de vital importancia para apoderarse de toda la isla y para que, los aviones de transporte de tropas, que generalmente eran los Junker 57, pudiesen aterrizar con refuerzos. La invasión, que debía ser rápida y eficaz, no lo fue tanto como se esperaba, ya que una cantidad considerable de aviones alemanes fueron derribados o dañados y los aliados opusieron resistencia en los aeródromos, ya que estos habían enviado un contingente, como no, a la isla. Los contingentes expedicionarios de los aliados constituyen un tema del cual podríamos hablar largo y tendido, sin embargo, a estos efectos no corresponde decir más de lo que se ha dicho. Una vez conquistada, Creta resultó, para los alemanes, una encrucijada vital para la guerra.

No obstante, como hamos anticipado, nos interesa más la puntual importancia que tuvo en la guerra este método ofensivo y su nula trascendencia futura. Así pues, antes de la guerra, las principales potencias habían hecho ensayos sobre este método, sin embargo, era el ejército alemán el único que estaba preparado para realizarlo plenamente. Ya en la guerra, son dos las principales actuaciones en las que se desarrolla este método, las cuales son, la operación mercurio, llevada a cabo por el eje, como vemos, y la operación Market Garden que la llevaron a cabo los aliados. Sin embargo, la primera concluyó con un éxito y la segunda con un fracaso.

La principal razón de la no utilización sistemática de esta forma de proceder fue, la incapacidad de las potencias beligerantes de desarrollar las necesidades que este método implicaba pero, aún así, si bien es cierto que dicho método podía resultar eficaz en determinadas circunstancias, lo cierto es que tampoco constituía un gran avance, puesto que existían muchos factores en contra de él, como la artillería antiaérea o las sificultades de aterrizar sobre el objetivo. Buena prueba de todo esto nos la da el fracaso de la Operación Market Garden. Así, dicho modo de proceder era costoso tanto en vidas como en material.

La trascendencia que ha tenido en el futuro este método ofensivo es nula, ya que no se siguió desarrollando. Y es que aunque se hubiese perfeccionado el lanzamiento de tropas, nunca hubiese llegado a ser totalmente efectivo o, al menos, lo necesario puesto que las armas antiaéreas eran muy potentes. Una vez llegada la guerra fría, los otros métodos ofensivos eran ya mucho más efectivos que el lanzamiento de tropas, de tal modo que, constituía una tontería proceder de dicha forma.

Así pues, la importancia de este método ha sido poca en una época en la que era más o menos viable y es nula en una época en la que no cabe ya este método. Sin embargo, si ha demostrado su efectividad para realizar ciertas acciones en el tiempo al que nos hemos referido durante todo el texto.

domingo, 16 de noviembre de 2008

La República de Saló

La caída de Mussolini en 1943, propiciada por la disidencia de opinión de sus correligionarios fascistas y del Rey Victor Manuel III, provocó un brusco cambio en Italia en muchos aspectos, sin embargo, el más importante y el que nos interesa es el cambio producido con respecto a la guerra. Así, una vez se retiró al Duce de la vida política italiana se formó un nuevo gobierno, el cual estaba presidido por Pietro Badoglio. Dicho gobierno tenía intenciones muy distintas al respecto de la guerra de las que se habían llevado hasta entonces. Este cambio es comprensible dada la catastrófica situación de Italia. El nuevo gobierno se apresuró a negociar con los Aliados, con el fin de que se prodejese el cese de las hostilidades.

En efecto, el armisticio se produjo tal y como se había propuesto el gobierno del Mariscal Badoglio. Sin embargo, debemos tener en cuenta que parte del ejército alemán estaba en territorio italiano, ayudando a las tropas del Duce a que el desembarco que se había producido no hace poco, no avanzase más de lo que había avanzado ya.

A esto debemos unirle el hecho de que, si bien es cierto que el armisticio con los Aliados trató de llevarse con el máximo secretismo, Hitler, que era participe de la situación italiana y de la del Duce y, que desconfiaba del nuevo gobierno italiano, se movió de forma rápida, enviando a Italia más tropas, para lograr mantener el control. En lo que respecta a Mussolini, que había sido confinado en los Apeninos, el canciller alemán mandó que fuese rescatado. Esta misión, que fue llevada a cabo por el coronel de las SS Skorzeny, acabó con la liberación de Mussolini y su posterior traslado a Alemania.

Así, una vez liberado el Duce y atrincheradas las fuerzas alemanas en la parte de Italia que no estaba ocupada por los Aliados, la cual era, con mayor o menor acierto, la mitad norte del país, Hitler decidió poner al frente al Duce y, se creó la República Social Italiana o República de Saló.

La República Social Italiana no puede compararse, ni mucho menos, con la Italia de 1942. Se trataba de un régimen que no era, en nada, autonomo. Era, como muchos no dudan en calificarlo, un régimen títere de la Alemania nazi. La poca libertad de actuación que se tenía estaba dedicada a reclutar soldados, a mantener la guerra y a dar caza a aquellos antiguos compañeros del Duce que habían votado contra él en el Gran Consejo Fascista. Aunque incluso en esto último y, de alguna manera, todo estaba condicionado por Berlín.

Además, los ciudadanos no solo debían soportar lo que conllevaba la guerra, ya sea en forma de escasez o de pérdidas, sino que se debía soportar a un ejército que estaba allí atrincherado y que despreciaba a los italianos. La frase de un volumen del Reader´s Digest explica la situación de un modo formidable, "el aliado de ayer se ha convertido en el enemigo de hoy". No obstante, si la población padecía de esta forma, la suerte los judíos y demás personas de razas no deseadas fue mucho peor.

La caída definitiva de Mussolini supuso el fin de la República Social Italiana, sin embargo, la caída de éste no se produjó porque los Aliados hubiesen llegado hasta él, si bien es cierto que, tan avanzada la guerra, les quedaba poco, sino que fueron los propios partisanos italianos los que le capturaron, ahorcándolo en 1945.